Con la poesía del bosque

**la casa de vacaciones diseñada por el arquitecto felipe gonzález arzaclogra una estética que echa raíces en la poesía del bosque contemporáneo.

Casas02 de julio de 2014 Espacio&Confort

Va un caminante ocioso por los médanos verdes del bosque de Cariló. Se entretiene observando las distintas especies de pinos y eucaliptos. En su arrobamiento no nota que el sol ha ido perdiendo intensidad y ha dejado de filtrarse entre las altas copas. Tampoco nota el cese del trino de las aves. Le parece que apenas ha transcurrido un microsegundo desde que inició su paseo, pero el brillo de las estrellas desmiente su parecer. Es noche cerrada. Sigue andando sin miedo aunque ahora aprieta el paso: elevada sobre una colina y protegida por un grupo de árboles, ha divisado una luminosa caja de cristal de proporciones enormes, linterna mágica que brilla en el cuento de hadas moderno.
A la representación literaria del bosque de ataño, espacio seductor por explorar  y al mismo tiempo espacio temible en el que cualquier cosa podía suceder, correspondieron los chalets, que alpinos, californianos o estilo Tudor fueron poblando nuestras costas al mismo tiempo que eran forestadas.


A la poesía del bosque actual, cotizado retiro de la euforia citadina que lejos de entrañar peligros promete bienestar, relax y confort, corresponde la vivienda diseñada por Felipe González Arzac, que incorpora ese entorno amigable y se adapta a él sin mimetizarse, como un guante de fina seda.
Esta es una casa de vacaciones pensada para una familia sobre un terreno con una elevación en el medio que genera un pronunciado desnivel de 6 metros a la altura de la calle. Las líneas rectas de su fachada forman la caja de cristal mencionada más arriba implantada de modo transversal al frente del predio y complementada con otra “caja” más cerrada y ubicada de modo perpendicular al mismo.
Sacando provecho del desnivel, la caja perpendicular se extiende para crear un semicubierto en el frente con el objetivo de alojar los autos durante el día sin que estropeen la vista del paisaje y un espacio contiguo cubierto donde entran dos autos, un lavadero y sala de máquinas.
Ya en el lomo del terreno, la construcción se organiza en un sector público (living-comedor y cocina) y uno privado que acoge a los dormitorios; ambos articulados por un patio interno disparador de circulaciones diversas y por la cocina, que une dormitorios principal y secundarios con el sector público.

El sector público es la mágica caja de luz con vista al frente elevada por sobre el nivel de la calle. En el contrafrente, gracias a la presencia casi exclusiva de los paños vidriados como material de cerramiento, el espacio indiviso del living-comedor se abre a un espacio semicubierto en voladizo sin apoyos que, acompañado por el equipamiento de la parrilla, refuerza su ya considerable amplitud y luminosidad. Más allá, la piscina completa la promesa de tardes maravillosas.
El sector privado de los dormitorios, más cerrado,  es el que se desplaza sobre el terreno en sentido longitudinal. Sobre el nivel superior se apoyan los dormitorios secundarios que, en tanto parte de una casa de veraneo, tienen características similares: baño, vestidor y muebles sencillos -con la variante del color de las paredes.
La suite –que es la que genera el semicubierto en el que se estacionan los autos- es la única que se independiza en el diseño, ubicación, y armado: su frente totalmente vidriado flota el terreno para que sus moradores disfruten la vista de las copas de los árboles.
En cuanto los materiales, han sido escogidos teniendo en cuenta las mismas dos premisas que parecen sustentar el proyecto: contexto y función. Así, el porcelanato en la paleta del blanco para los pisos ofrece resistencia y bajo mantenimiento y el doble vidriado hermético reduce los costos de calefacción y otros gastos energéticos. Al mismo tiempo, las paredes y cielorrasos al tono con los  pisos redoblan los efectos de luminosidad y espacialidad y, ya en el plano de la decoración, permiten un amoblamiento moderno, sencillo y elegante pensado a partir de un conjunto al que la naturaleza se integra aportando su belleza y su color.  
Funcional, elegante, diáfana y en total sintonía con el objetivo para el que fue creada, la casa diseñada  por Felipe González Arzac logra captar y a su vez integrar la poesía del bosque contemporáneo.

Foto: Diego Medina
Texto: Soledad Franco

[ INFORMACIÓN ]
Tipo de proyecto: Vivienda unifamiliar
Ubicación: Cariló
Superficie construida: 284 m²
Superficie del terreno:  1026 m²
Año de construcción: 2010

[ PROYECTO ]
Proyecto y dirección técnica:
Arq. Felipe González Arzac
[email protected] / 221 4206352
Dirección Ejecutiva:
Arq. Fernando Ciminari - Arq. Pablo Ferrara



 

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