Apacible fortaleza

Sólida, proporcionada y con clara esencia racional-contemporánea, esta casa, ostenta la sensación de una apacible fortaleza, unida firme y claramente al paisaje que la rodea. Este proyecto, autoría de los arquitectos Mariana Gizzi y Diego Ameal del Estudio Cosas Mínimas, presenta un programa que propone la resolución de las necesidades funcionales con intencionalidad en la búsqueda espacial de la luz, el color y materiales naturales, aplicando una fuerte creatividad y economía de recursos.
Sobre un terreno de generosas dimensiones, ubicado en el área más boscosa del barrio cerrado Fincas de Iraola I, Pcia. de Buenos Aires, se yergue esta soberbia vivienda destinada a un matrimonio y sus dos pequeñas hijas, que buscan una relación más intima y permanente con el entorno natural.
La arquitectura de esta residencia, de interesante síntesis compositiva, se plasma a través de un todo equilibrado de plantas y alzados rígidamente ortogonales, generando un juego sereno y, a la vez, dinámico de rectas, planos y volúmenes. Una austeridad de formas y elementos que no compiten con el entorno, destacándose sus líneas netas que intentan marcar una relación de perspectiva entre los ambientes y el paisaje que los envuelve.

La imagen de la fachada principal, se distingue por la simpleza de los detalles y el carácter lúdico del uso de diferentes materiales naturales, como la piedra, la madera y el revestimiento cementicio. Un diálogo fluido entre su modulación y materialidad. A través de amplios y variados planos acristalados, especulares y permeables a la luz del sol, la fachada posterior, se despliega hacia el parque, seduciendo desde su interior, a toda mirada furtiva a atravesar sus vidrios y posarse placidamente en la belleza que esta caja paisajística ofrece desinteresadamente.
La piscina, extensa plaza de agua, se planteó inmediatamente a continuación de dos espacios semicubiertos. Una galería estructural y otra, conformada por una pérgola de madera, vinculan la vivienda con el quincho.
En el subsuelo del quincho, y pudiéndose acceder desde el interior del mismo, se dispuso un playroom. Un espacio de recreación y de usos múltiples que se vincula con el exterior por medio de una rampa natural.
Funcionalmente, esta residencia, desarrollada sobre una planta de esquema en L, se dispone en dos niveles y un subsuelo.
Apenas uno se detiene en el hall de entrada, luminoso recinto de doble altura, una impactante araña, con diminutos caireles centellantes, captura la mirada, imprimiendo al espacio un aire romántico.
Todos los interiores de esta propiedad, al igual que su exterior, mantienen una unidad de lenguaje. En la propuesta estética de su arquitectura interior, se buscó una clara síntesis, tanto en los materiales y colores, como en el equipamiento ultra moderno.

La repetición equilibrada de los colores – marrón habano en el mobiliario, de estilo descontracturado y contemporáneo, y sutiles toques de rojo, en objetos decorativos, genera un diálogo fluido y claro entre los espacios. Además de dar una nota de color, estos elementos, junto con la adecuada iluminación y texturas, revitalizan la crudeza de la caja neutra y natural, transformándola en un refugio cálido y acogedor.
En la cocina, impera la sencillez y la funcionalidad, de bajo mantenimiento y buen gusto, donde se trazó una isla central y el resto de la composición gira en torno de ella.
En el piso superior, se distribuyen las áreas privadas, un dormitorio en suite y tres dormitorios más, dos de los cuales conforman las estancias “exclusivas” para las niñas.
Un halo de serenidad recorre el dormitorio principal, cuya ambientación no es ajena a la imagen contemporánea del resto de la casa.
Los cuartos de las niñas, refugios de sueños y travesuras, irrumpen con su propio estilo.
Una acertada composición, muy femenina, donde se tuvo en cuenta el color - rosas y lilas -, los materiales - papeles estilo liberty y acolchados con motivos geométricos - y el universo de fantasía que envuelve la vida de sus pequeñas propietarias.
Un delicado y preciso sistema de iluminación descubre, durante las noches, todos los atractivos de esta residencia. Un juego mágico de luces que encanta el bosque que la contiene, ofreciendo así, una sintonía de miradas curiosas que exhibe su mejor resultado.~

Texto: Dis. de Interiores Ana Thorschmidt
[email protected]
Fotos: Leo Marino | www.leonardomarino.com.ar

[ PROYECTO ]
Estudio Cosas Mínimas
Arq. Diego Ameal - Arq. Mariana Gizzi
Lisandro de la Torre 1532. Berazategui
Tel: 4256-2695
www.cosasminimasdesign.com.ar
Colaboradores: Juan Alcides, Daniel y Leopoldo Díaz, Mauricio Giaimo, Cristian y Horacio Gómez, Hes y Oscar Pesoa, Juan Piragine, Raúl y Tomás Rodríguez.