Jardín vertical en Santiago

De lejos se yergue como una estructura ambigua de naturaleza y concreto, con plantas en escalas cromáticas verdes y rojizas que se van concatenando armónicamente con los segmentos blancos del frente.
Se trata del Edificio del Consorcio Nacional de Seguros de Chile, situado en su capital Santiago y convertido hace ya algún tiempo en uno de los emblemas de la arquitectura comprometida con el medio ambiente en Latinoamérica.El edificio, obra de los arquitectos Enrique Browne y Borja Huidobro, está situado en la comuna de Las Condes, tiene unos 26.751 m², alcanza los 17 pisos y los 75 mts. de largo. Su trazado contempla dos largos volúmenes con una galería que contiene los accesos, conformando una estructura pensada para el agobiante verano de Santiago. Por tal motivo, las fachadas merecieron especial atención, por lo que se generó una interior con termopaneles y otra exterior con vegetación, obteniendo como resultado una copiosa fachada verde que reduce la absorción solar. En definitiva, un jardín vertical de unos 3.000 m², la misma superficie del terreno en la que se construyó el edificio.Es bien sabido que el calentamiento es un problema recurrente en los edificios de oficinas en esa zona de Chile. Además de las condiciones climáticas, existen un conjunto de artefactos que se suelen utilizar en estos ámbitos que llevan a un consumo desmesurado de energía: lámparas, computadoras y sistema de aire acondicionado. En Santiago, entre octubre y marzo, el sobrecalentamiento aumenta de manera excesiva, con el agregado de la reverberación del calor en el pavimento de las calles y veredas.

Fieles a los principios de la arquitectura responsable, los proyectistas trataron de atenuar estos factores utilizando medios naturales como vegetación y agua. De esta manera, en el antejardín se colocó un espejo de agua de unos 48 mts. de largo y 420 m², con surtidores. Esta instalación fue creada para evitar la reverberación y producir evaporación, reduciendo la temperatura.
Se pensó en árboles de imponente altura para refrescar las veredas y generar sombra por lo menos hasta el 3° piso. En cuanto a los dos pisos superiores, su protección está dada por una imponente visera de 4,5 mts. fabricada con celosías que eliminan la radiación solar sobre los termopaneles durante casi todo el día. Esto genera que la insolación sobre los cristales no comience hasta bien entrada la tarde (después de las 17 hs) generando un considerable ahorro energético.
Teniendo la base y la cabecera con sus respectivos aislamientos naturales, la clave posterior fue el cuerpo del edificio, los pisos 4 a 15, en donde se colocó una doble piel vegetal con plantas trepadoras de hoja caduca que fueron distanciadas 1,40 mts. de la superficie exterior del edificio. Esta separación fue pensada teniendo en cuenta la circulación de corrientes ascendentes de aire y también para albergar jardines interiores con riego gota a gota.
Para comprobar cuánto aporta al ahorro energético, se realizó un estudio a través del cual se compararon dos pisos de este edificio, uno con doble piel vegetal y otro sin esta protección. Los resultados demostraron que el piso protegido vegetalmente consume un 35% menos de energía, con un costo 25% menor.
El encargado de diseñar los jardines verticales fue el paisajista Juan Grimm, quien optó por las enredaderas caducas ya que enfatizan el paso de las estaciones del año a través de sus interesantes variaciones de colorido. Una belleza que, a su vez, le devuelve a la ciudad toda la vegetación que el edificio le quita, oxigenándola, volviéndola fresca, mitigando la contaminación atmosférica.~

Texto: Laureano Debat
Fotografías: Luis Poirot y Guy Wenborne

INFORMACIÓN:
Consorcio Nacional de Seguros - Vida
Av. El Bosque 130-180, Las Condes.
Arq. Enrique Browne
Arq. Borja Huidobro

Arq. Asociado: Ricardo Judson
Arq. Colaborador: Rodrigo Iturriaga
Paisajismo: Juan Grim - M. Angélica Schade
Empresa Constructora: Huarte Andina
Superficie Construida: 26.720 m²
Superficie Terreno: 3.781 m²
Cálculo Estructural: Vogel y Mujica, Ingenieros