Abierta a Chapultepec

Una casa es un proyecto inconcluso e interminable, en donde los objetos son inseparables del espacio, lo modifican y se modifican. Es más que un almacén de memorias, es la memoria misma.
Las preferencias personales de los propietarios, su profesión, su forma de vida y sus gustos, se manifiestan en el diseño de los espacios que éstos van a “vivir”, dotándolos de personalidad y unicidad.

A la vez, este personal espacio se encuentra inmerso en un entorno que también habla de sus moradores, los involucra, los define. Esta residencia, proyectada para una pareja joven de arquitectos, es un perfecto ejemplo de esta idea, envuelto en un entorno mágico, mirando la ciudad desde arriba…

La estructura de la cubierta curva se muestra aparente, lo mismo que las armaduras. La misma otorga dinamismo a la fachada y suaviza las marcadas líneas rectas.
La intención del proyecto es dejar que los espacios interactúen con los exteriores, ofreciéndoles una autonomía condicionada, y dejar que cada lugar sea lo que quiere ser dentro de un marco de referencia, algo como una paternidad perversa. Así, la estructura se muestra casi transparente en uno de sus laterales, entregándose por completo al bosque.
La casa se manifiesta como un espacio abierto que va creciendo de forma vertical en tres niveles. El primero de ellos es un pequeño acceso en donde sólo se encuentran las escaleras que se dirigen al primer nivel destinado a la zona pública: sala, comedor, cocina, estudio y sanitario.

En el tercer nivel se ubica la habitación en una planta mezzanine integrada, a su vez, con una terraza con vista panorámica al bosque de Chapultepec.
Los espacios de la vivienda diáfanos, al no tener interrupciones, se benefician de la generosa entrada de luz y muestran un estilo “purista” marcado por líneas muy definidas y materiales contrastantes.
Los cálidos pisos de parquet en contraste con las impolutas paredes blancas, la transparencia del cristal y la frialdad de la chapa en las cubiertas, generan el fondo justo para enmarcar un mobiliario vanguardista.
La gran zona de día se ha dividido en varios espacios que fluyen sin delimitaciones visuales. En la sala se encuentra una escalera en forma de caracol que además de ser un elemento funcional tiene una fuerte presencia estética. Materializada en placa de acero de color blanco, aparece como un elemento escultórico, que además nos conduce hacia la habitación.
Un bajo mueble blanco funciona como biblioteca y delimita el estudio que se vuelca hacia un pequeño patio interno, pulmón de luz de la parte trasera. Una trilogía de módulos en madera oscura suspendidos en el muro y la mesa de trabajo con taburetes blancos y tapa de vidrio, arman este espacio donde la luz no encuentra obstáculos.
En el amplio ambiente donde se ubican la sala y el comedor, los materiales y la estética del mobiliario tienen mucho que decir. La luz se adueña de este espacio interior y enmarca la línea de los muebles en una composición muy atractiva. Muebles de diseñadores de la Bauhaus reinterpretados con géneros contemporáneos y colores fuertes como los otomanos con los almohadones en cuero azul, se acompañan con taburetes rústicos de madera tallada en una sola pieza.
Madera, vidrio, metal, se mezclan en perfecta armonía con los modernos y coloridos artefactos de iluminación.
El comedor se arma en torno a una mesa cuadrada de diseño muy racional con estructura metálica y tapa de vidrio acompañada por sillas de madera y asiento tapizado.
La cocina se recuesta sobre uno de los laterales, separada de la gran sala. De forma longitudinal se comunica con el toilette.
En el último nivel, la zona de noche se abre al exterior por medio de aventanamientos de piso a techo que se comunican a una larga terraza con pedregullo. Desde las alturas se aprecia el bosque y más abajo la cuidad. Con una ambientación casi minimalista que deja hablar al espacio y a la luz, la cama de madera maciza convive con una mesita del diseñador Eero Saarinen en PVC y un sillón de estructura cromada y cuero. En este espacio abierto la cubierta curva en chapa doblada cobra mayor expresividad y se presenta como un elemento de diseño con identidad propia.
La versatilidad y simplicidad de sus elementos, y el dinamismo y apertura en su estructura, conforman una vivienda que se adapta a las necesidades modernas de la vida urbana, un proyecto que suma arquitectura y personalidad.~

Textos: Dis. de Interiores Aleja Canamasas
Fotos: Luis Gordoa y Alberto Moreno

PROYECTO
Yuri Zagorin Alazraki y Margaret Djaddah Jamous
www.zda.com.mx