Continuidad con el parque

 En el conocido cuento de Cortázar “Continuidad de los parques” es abolida la frontera entre el parque de la vivienda en que un personaje lee una novela y aquel en el que habitan los personajes de la novela leída por él. No voy a contar los hechos que se desencadenan en la ficción cortazariana por el establecimiento de esa continuidad; pero vale la pena mencionar que el recurso que la hace posible pertenece a la literatura fantástica.
En la casa que nos ocupa los ambientes, sobre todo los de uso social de la planta baja, se integran funcionalmente entre sí y con el parque, con el que establecen una lúcida continuidad (maleable según el clima). Vale la pena mencionar que lo que la hace posible es un recurso técnico estilístico que ya es sello del estudio Distéfano-Rodríguez: el uso de una carpintería de aluminio línea A30 que se embute íntegramente en los muros laterales.

Estos rasgos –integración, continuidad- respaldan las necesidades y deseos de los propietarios: un matrimonio con dos hijos de 6 y 15 años dispuesto a permitir que los chicos disfruten de las bondades de la piscina y el verde pero sin perderlos de vista y sin relegar tampoco sus ocupaciones o momentos de ocio en las otras áreas sociales de la casa.
Como contrapartida al efecto de apertura fomentado por la supremacía del vidrio en el contrafrente, y por cuestiones de privacidad, la fachada sólida se abre hacia la calle con recelo, limitando las zonas vidriadas al piso superior y a los laterales. La puerta principal y el portón son de madera. La piedra aporta su vigor. Además, la volumetría pura en colores neutros destaca su identidad de vivienda moderna sobre el verde intenso del fondo disipando cualquier sospecha voluntad de mímesis.
La distribución es más que efectiva. En la planta baja, con arreglo al pedido de los propietarios, el estar –comedor –cocina (un espacio sin divisiones) se extiende de manera lineal al contrafrente en el que se dilatan el parque y la piscina. Entre este espacio exterior de esparcimiento y la zona social se ha acoplado con acierto una generosa galería/parrilla, de manera que la idea de integración, lejos de lo abrupto, se concretiza en un espacio transicional capaz de funcionar las veces de estar-comedor permitiendo la mayor cercanía de los padres. El contacto entre el área social interior y el parque es el descripto arriba: unos maravillosos vidrios desaparecen entre los muros laterales para establecer la continuidad con el afuera, proponiendo que no hay límite interior/exterior alguno. Por último, separada por pilotes del espacio común del estar-living-comedor y orientada hacia el frente, se dispuso la suite principal con baño completo, un estudio y el garaje cubierto para 2 autos.

En la planta alta se resolvió el resto del área privada, tres cómodos dormitorios que comparten un baño tripartito y hacia el poniente y con vista a la plaza pública de enfrente, un playroom con vista panorámica.
Cabe destacar que esta cuidada ubicación de cada dependencia saca el mayor partido posible de la luz natural y prácticamente no hay rincón que no se beneficie de ella.
En cuanto a la decoración tiende a una elegancia mucho más alegre que austera. Los colores de la fachada vuelven a aparecer en el interior: blanco en paredes y en los cielorrasos, gris en los cerámicos del piso –salvo algún intervalo de madera-; piedra en algunos sectores privilegiados como el hogar del estar. Con esa neutralidad como base todo está permitido, aunque aquí lo que prima, por lo menos en las áreas de uso social, son los muebles de estilo clásico-moderno. Tal estilo ha sido personalizado –como en el caso de los baños, los tapizados de las sillas del comedor o los cuadros pop que adornan el corredor a la suite, de tal forma que logra desprenderse de ese aire algo aburrido y fácil al que suele conducir su hegemonía.
Las habitaciones deben su impronta a la personalidad de quienes en ellas reposan.
En fin, materiales de primera calidad, buen gusto, una máxima vinculación con la naturaleza y una perfecta sincronía con los deseos de sus habitantes que se traduce en funcionalidad, es lo menos que puede decirse de esta casa pensada para establecer una verdadera continuidad con el parque.

Fotos: Diego Medina
Texto: Soledad Franco

[ INFORMACIÓN ]
Tipo: Vivienda unifamiliar.
Ubicación: Costa Esmeralda
Superficie del terreno: 1080 m²
Superficie construida: 322 m²
Año de construcción: 2013

[ PROYECTO ]
Arq. Martin Distefano
Estudio de arquitectura
Av. Bunge 1453. Pinamar
 Tel (02254) 492646
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