Alta en el mar

Esta vivienda es el resultado formal de dos factores presentes en el proceso creativo: por un lado, la adaptación al entorno físico, en término de orientación y vistas y, por otro, la concreción del programa funcional requerido por los propietarios.
Desde el punto de vista arquitectónico, la obra se presenta como un sólido cuerpo de hormigón, de gran sencillez compositiva, con una de sus fachadas curvas. El uso de materiales habituales en la construcción, paredes lisas y formas simples son los trazos que delinean toda una estética, que guarda relación de continuidad entre el exterior y el interior.
Vista desde el mar, la casa es un gran volumen de vidrio, con un pórtico que le da fortaleza a la estructura, Desde el punto de vista funcional, la vivienda se divide en dos plantas y un sótano, que aprovecha la pendiente del médano. Tiene acceso desde el bosque, y al llegar a la cima aparece la imponente fachada curva blanca. La interrupción que crean los planos revestidos en piedra parece generar movimiento.
La distribución, en forma de peine, se pensó para que todos los ambientes disfrutasen de las visuales del mar.

La entrada principal de la viendada se produce subiendo medio nivel a través de un puente. Una vez flanqueada esta puerta, nos encontramos con la escalera que comunica con la planta alta y, también, con el subsuelo; y con un generoso ambiente de 14 metros de longitud, donde se ubican la sala de estar, el comedor y la cocina. En el centro, una abertura comunica la gran sala con un espacio semi-cubierto, donde se encuentra la parrilla. Aquí comienza una importante terraza deck que desciende para encontrarse con la piscina. Este amplio ambiente encuentra otra expansión en la fachada opuesta, que se comunica mediante los grandes paños acristalados directamente con una amplia terraza en madera, que parece flotar sobre el mar.
Retornando en nuestro recorrido a la escalera principal, se puede visitar el playroom, un espacioso ambiente para reencontrarse con el espíritu lúdico y el verde horizonte del bosque. Desde allí se accede a cuatro dormitorios en suite, a través de los cuales, una vez traspasada la puerta, se enmarca una postal diferente: en cada vistas al mar profundo, hacia Pinamar o hacia Villa Gesell.

En los interiores, se buscó remarcar la continuidad estética entre cada ambiente, así como crear la sensación de unidad de espacio y atmósfera. El blanco junto al color arena protagonizan los espacios interiores, tanto en los revestimientos como en el mobiliario.
La claridad se refuerza con elementos lumínicos que pasan casi inadvertidos en los cielorrasos.
En la sala, dos sillones en cuero ecológico se disponen en torno de la chimenea, para favorecer el clima de reunión. Una importante mesa ratona en madera laqueada blanca se ubica en el centro de este espacio, y está acompañada por una mesa de arrime del mismo material.
En el sector del comedor, dos sólidas mesas cuadradas y sillas tapizadas en género color arena armonizan con el resto del ambiente, resguardado del sol y las visuales por medio de un cortinado liviano.
La cocina mira hacia uno de los laterales.

De líneas modernas, en color gris plomo con detalles de aluminio y acero, se comunica con el comedor por medio de una barra en forma de pórtico, que contiene en la parte inferior una pequeña bodega. Dos banquetas super modernas, de estructura cromada y asiento en acrílico transparente, completan este sector.
Por el nivel inferior, se ingresa a la cochera, a la sala de juegos y al área de servicios. La sala de juegos mantiene la misma estética que la sala principal. Un importante sillón en ecocuer blanco ocupa el  entro de atención del espacio, complementado con almohadones en colores rojo, naranja y marrón. Una serie de muebles lineales y visualmente livianos, también en madera laqueada color blanco, se ubican alrededor del plasma. Una mesa de pool es la vedette de esta moderna sala de juegos.
En el exterior, reposeras en madera con estructura de aluminio descansan sobre decks y terrazas, convirtiendo a estos rincones exteriores en los preferidos a la hora del amanecer o cuando el sol cae detrás del mar.
Aquí, la playa y el bosque encontraron la manera de formar parte de los interiores gracias a un proyecto que apostó a la transparencia, a la comunicación de los espacios entre sí y, a la vez, al permanente contacto con el exterior.

[PROYECTO]
Arq. Hugo Pouso
En Buenos Aires: (011) 4371 5548
Montevideo 666, piso 11 of. 1105
En Cariló: (02254) 570801
Paseo de La Horqueta, local 13
DECORACIÓN:
Decorador Gerardo Espinosa
(011) 1554514962