Principio de serenidad y reposo

El proyecto y dirección estuvo a cargo de la arquitecta Silvia Cortiñas quien tuvo como objetivo diseñar una
vivienda de pequeñas dimensiones y un consultorio odontológico totalmente desvinculado de ésta sin perder visualmente la impresión de unidad.
A fin de preservar la independencia y privacidad entre ambas construcciones, se implantaron tres volúmenes con movimiento propio a lo largo de un terreno estrecho y de marcada direccionalidad Norte – Sur, ocupando un total de 115,02 m².

Dos de ellos, articulados entre sí, conforman la vivienda – uno para el área pública y el otro para el área privada- y un tercer cuerpo, situado inmediatamente al lado de la casa particular, aloja el consultorio.
En las fachadas laterales, los volúmenes se abren a un espacio exterior –terraza con deck- en una de ellas, y se cierran en la otra, por medio de un muro de hormigón armado pulido. Este plano vertical, es la coberturaexterna del área sanitaria y además “cose” los tres cuerpos, demarcando sus accesos y diferenciándolos entre sí. En su parte final se abre un pórtico que sustenta una pérgola en madera, la cual a la par de señalar elacceso al consultorio tiene funcionalidad de cochera abierta. Los diferentes constituyentes de cada fachada lateral conforman situaciones espaciales contrapuestas, en el lado de la piel de hormigón una continuidadremarcada por el sendero que desde la casa parece continuarse en la calle y en el área del deck un movimiento espacial con rupturas imprevistas.

Con un cuerpo que por sí solo toma protagonismo en el conjunto, por su diferente morfología con respecto al resto, se arma el frente que posee una fuerte sensación de verticalidad dada por dos planos acristalados de doble altura y el volumen del tanque, más una especie de “bunker” con mirador en arista –la cocina y lavadero- que conjuntamente con el sector parrilla cierran la zona de descanso que limita con la calle.
Los tres volúmenes están coronados por una cubierta en chapa acanalada de fuerte pendiente. En todo el perímetro exterior de este grupo volumétrico, se puede percibir un juego dinámico entre sus configurantes,opuestos entre sí, pero coexistiendo en perfecto equilibrio visual y espacial.
Esta dicotomía armónica se expresa a través de los llenos y vacíos de los muros y espacios, en la diferente morfología de sus cuerpos, en las texturas y en el color y fuerza de sus materiales naturales, tales como la madera, cuya calidez y lisura se opone a la frialdad y rusticidad de la piedra, o la solidez y opacidad del hormigón, con la fragilidad y transparencia del vidrio.
El sol, no sólo determinó la orientación del edificio sino que es un elemento constitutivo que, silenciosamente, penetra en cada uno de los cuerpos del todo edilicio, inundando sus recintos con su cálida luz.
Los aventanamientos, de dimensiones generosas, se transforman en vacíos virtuales, donde los límites entre la naturaleza y el interior se desvanecen, adquiriendo el interior una nueva libertad y, al mismo tiempo, una relación más intensa con el paisaje.
Una rica espacialidad da paso a ambientes diáfanos y de elegante simpleza formal, generando sensaciones de calidez y calma reforzadas por la manifestación natural de los materiales empleados. Solados y paramentos engamados en los cremas y desaturados marrones respectivamente, maderas claras y tapizados en colores tiza y blanco en su mobiliario contemporáneo, conforman ambientes austeros y de líneas puras.
Seguramente no hay nada que se pueda comparar con la armonía y simpática expresión del principio de serenidad y reposo que se produce, mediante la combinación de la quietud del bosque con los elementos arquitectónicos de esta casa, de exquisita sencillez, que pone a sus habitantes en una relación más íntima con la naturaleza,entorno que forma una parte constituyente de la vida diaria en este lugar.

Textos: Ana Thorschmidt
Fotos: Arq. Heber Guruciaga

[ PROYECTO ]
Arq. Silvia Cortiñas
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