
Un vacío de luz excavado en la memoria, donde la arquitectura se convierte en homenaje, refugio y contemplación interior.
La Calera es la segunda ciudad más poblada de Córdoba y se encuentra a pocos minutos de la Capital, por lo que muchos de sus habitantes gozan del privilegio de vivir en las afueras y desplazarse hacia la gran urbe sólo para trabajar. La zona debe su nombre a la abundancia de yacimientos de piedra caliza. Se la conoce también como “el portal a las Sierras Chicas”.
Al amparo de las sinuosidades de esas sierras, en un terreno de marcadas irregularidades y declives, crece la casa trazada por la mano de Agustín Lozada. El hecho de que sea al amparo y no a despecho es una virtud de la mirada del arquitecto que propone consensuar con el entorno en lugar de imponerse a él. De ahí también la elección del hormigón y la piedra como materiales dominantes, tan similares a aquellos por los que alguna vez se bautizó el lugar en el que abundan.
Una vista lateral de la edificación permite apreciar una volumetría de líneas rectas que se expande en voladizos generando terrazas, balcones y otros espacios semicubiertos abiertos a un exterior que, por sus características –tipo montaña- también los contiene.
Un vacío de luz excavado en la memoria, donde la arquitectura se convierte en homenaje, refugio y contemplación interior.
La arquitectura cobra sentido cuando responde a la vida real y en esta casa, cada decisión de diseño partió de una consigna clara: adaptarse al cliente.
El estudio Ofisvesaire transforma una vivienda preexistente en una obra sofisticada que borra los límites entre interior y exterior.
El Estudio Alessio - Stoichevich diseñó una vivienda en Cariló que se adapta a la topografía natural, preserva la vegetación existente y se abre al paisaje con una arquitectura cálida y contemporánea.
Tecnología solar accesible para reducir el consumo energético y promover el desarrollo sustentable.
Cada decisión en este proyecto fue concebida bajo un mismo enfoque: HitzigMilitello Arquitectos buscó crear un oasis botánico emplazado en pleno caos urbano. Esta línea rectora marcó un norte que determinó cada una de las definiciones proyectuales, desde lo espacial arquitectónico, pasando por la elección de materiales, equipamiento, recursos gráficos y, principalmente, las intervenciones paisajísticas.
Los relojes son objetos cotidianos que usamos a diario, pero su diseño rara vez cambia.
Diseñada por Mihaela Shimon, Locus propone una nueva forma de habitar la madera maciza desde una mirada expresiva y sensorial.
Esta original luminaria, diseñada por el estudio suizo Atelier Oï, parte de la idea de descomponer el cuerpo en elementos.