
Chengdu, China. Un proyecto que fusiona arquitectura, naturaleza y arte para proteger a los pandas gigantes y educar al mundo.
En Vietnam, este jardín de infantes para 500 hijos de trabajadores combina juego, agricultura urbana y eficiencia energética en un edificio con forma de triple anillo y techo productivo.
PaisajismoEl sábadoUbicado en Dong Nai, a las afueras de Ciudad Ho Chi Minh, Farming Kindergarten es un jardín de infantes con un planteo arquitectónico que va mucho más allá de la función educativa. Diseñado por el estudio VoTrongNghiaArchitects, el edificio propone una solución ambiental, social y económica frente a un contexto local marcado por la rápida urbanización, el cambio climático y la pérdida de espacios verdes en las ciudades.
Concebido para los hijos e hijas de empleados de una gran fábrica de calzado —el cliente del proyecto, PouChen Vietnam—, el edificio no sólo aloja a 500 niños, sino que busca devolverles el contacto con la naturaleza a través de un diseño que integra la producción de alimentos, el juego al aire libre y el aprendizaje sustentable desde los primeros años.
Un techo que cultiva
La característica más distintiva del proyecto es su techo verde cultivable, diseñado como un recorrido continuo en forma de cinta que envuelve el edificio. Este espacio productivo alberga **cinco tipos distintos de vegetales en una superficie de 200 m², donde los niños pueden aprender sobre agricultura urbana y tener experiencias directas con el cultivo de alimentos.
La forma arquitectónica, un triple anillo trazado con un solo gesto, encierra tres patios interiores que funcionan como áreas de juego sombreadas. El techo desciende hacia los patios y se convierte en una escalera amplia, que además de permitir el acceso a la huerta funciona como gradería o espacio de reunión. Todos los programas del jardín —aulas, espacios comunes, sanitarios— se organizan debajo de ese anillo continuo que protege, cultiva y enseña.
Diseño pasivo y eficiencia energética
En un clima tropical duro, el edificio logra funcionar sin aire acondicionado en las aulas, gracias a una serie de estrategias de diseño pasivo. La ventilación cruzada natural se favorece mediante una franja continua con ventanas en ambas fachadas. La iluminación natural también se optimiza en todos los espacios de uso.
El techo verde actúa como aislante térmico, mientras que las fachadas vegetadas aportan sombra adicional. Además, se incorporan colectores solares para calefacción de agua y un sistema de reutilización de aguas residuales provenientes de la fábrica vecina, que se destinan al riego y a la descarga de inodoros. Según datos registrados diez meses después de su inauguración, el edificio logróreducir el consumo energético en un 25% y el de agua potable en un 40% en comparación con un edificio estándar de características similares.
Bajo presupuesto, alto impacto
Diseñado para una comunidad de bajos recursos, el jardín de infantes fue pensado con un presupuesto ajustado, sin sacrificar calidad ambiental ni diseño arquitectónico. La elección de materiales locales como ladrillos y tejas, junto con técnicas constructivas sencillas y de bajo costo, permitieron alcanzar una economía significativa tanto en obra como en mantenimiento.
El costo total por metro cuadrado, incluyendo terminaciones y equipamiento, fue de apenas 500 dólares, una cifra notablemente baja incluso dentro del mercado vietnamita. Esta racionalidad constructiva no solo redujo el impacto ambiental, sino que además incentivó la participación de la industria local.
Farming Kindergarten no es solo un ejemplo de arquitectura educativa: es una muestra concreta de cómo el diseño puede ser herramienta de transformación ambiental y social. Una escuela que, además de enseñar, cultiva —en todos los sentidos.•
Fotos: HiroyukiOki, Gremsy, QuangTran
PROYECTO
VoTrongNghia, Takashi Niwa, Masaaki Iwamoto
Equipo de diseño: TranThiHang, KunikoOnishi
INFORMACIÓN
Ubicación: Dong Nai, Vietnam
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