
El reciente rescate de las LEFI por parte del Estado argentino, ante la negativa de los bancos a renovarlas, inyectó al mercado una liquidez cercana a los 10 billones de pesos. Este monto equivale aproximadamente a un tercio de la masa monetaria existente al momento de la operación, lo que en principio podría despertar temores inflacionarios. Sin embargo, la realidad mostró un impacto diferente y, en algunos sectores, claramente positivo.