Casas Espacio&Confort 07 de junio de 2011

Una conquista estética

**construida sobre un médano con vista al mar, esta casa de estiloracionalista es, en cuanto a su arquitectura y decoración, la conquistaestética de un pionero en los paisajes vírgenes de costa esmeralda.


Costa Esmeralda es un balneario de fundación bastante reciente ubicado a 11 km. de Pinamar. Se distingue de otros balnearios de la provincia porque el mar comparte el podio de atractivo principal con paisajes vírgenes de prominentes médanos y grandes bosques de pinos de diferentes edades. Hay que destacar que el trazado urbanístico de la zona obedece al principio clave de una arquitectura modernista y funcional: separación del hábitat y de la circulación, del hábitat y los lugares de trabajo y así siguiendo; es decir que las áreas residenciales, deportivas, comerciales, turísticas, etcétera, están bien delimitadas, reciben un tratamiento acorde a su destino y conviven complementándose pero sin invadirse unas a otras. Es entonces, en concordancia a este doble contexto de respeto a la naturaleza y al proyecto urbano global en cual se inserta, que Claudio Avena, (uno de los pioneros de Costa Esmeralda, el primero en sentar allí residencia permanente y cuya ocupación consiste de forma inexcusable en el diseño y la decoración de casas de playa) tomó las decisiones estéticas que dieron origen a esta particular vivienda. Para empezar, la casa no sólo está ubicada sobre un médano, sino que domina un predio de 2000 metros y desde las diferentes alturas de las distintas formas geométricas simples que la componen pueden contemplarse otros médanos, el mar y, en realidad, toda Costa Esmeralda.

Aunque un porche marca la entrada y, por lo tanto el frente, la inmensidad del terreno que la rodea, la ausencia de edificaciones cercanas y el predominio de grandes superficies encristaladas que articulan interior y exterior, generan la impresión de que cualquiera de los lados de la casa podría cumplir esa función. Si bien la superficie cubierta es de 150m², el deck de 300 m² que la circunda acentúa el efecto de expansión de las estancias interiores de la planta baja, a la vez que, aprovechando la elevación exigida por las características del terreno, posibilita en el extremo derecho la creación de un espacio en el que caben al menos dos autos a resguardo de la intemperie; mientras que en el izquierdo concluye con una piscina de 10 x 4 de borde infinito que también ofrece vistas a los médanos.
El alcance de la dupla forma-función no se queda allí: las terrazas voladizas y los balcones terrazas prestan idéntico servicio de expansión y anulación del binomio adentro/afuera, pero abriendo el juego a los distintos niveles de la casa. Además aportan simetría. Un mobiliario sencillo de líneas netas vestido con géneros de dibujos geométricos sectoriza y unifica estos espacios. Hasta aquí el exterior. A través del uso del color, los ambientes de esta casa transmiten diferentes sensaciones: la elegancia, el misterio y la sofisticación del negro en el exterior y el interior, se conjugan con la sensibilidad del blanco, que encierra y difumina la idea de pureza y modestia y que se destaca en el mobiliario.
Un recorrido organizado desde la entrada al interior nos llevaría a atravesar el porche, el living con hogar en doble altura, la cocina y un dormitorio, todo con ventanales de puertas corredizas a las terrazas; por último y también en la planta baja, un baño completo. En la doble altura se disponen un estar para ver tv, otro baño completo en microcemento color vino, y dos dormitorios (el principal con balcón terraza). La planta alta cobija un escritorio. No es lo de menos que todos los ambientes de la casa tengan vista al mar.
La decoración hace sistema con las elecciones arquitectónicas. Así, en la mayoría de los ambientes de uso común, predomina el negro y los pisos de microcemento blanco. Los muebles son generalmente blancos, de impronta moderna y líneas definidas y, si exceptuamos el rojo de los sillones que adornan el estar para ver tv, podemos decir que el color se relegó en estas áreas a accesorios como almohadones, pequeñas lámparas o una simple alfombra de animal print como la que se destaca en el living entre el blanco de los sillones y el piso, para aprovecharse al máximo en la intimidad de los dormitorios en los que se tendió a buscar una atmósfera personalizada. El contraste blanco-negro se logra en la cocina entre las venecitas negras que recubren las paredes, el acero de los electrodomésticos y las sillas nuevamente blancas; en el baño, entre los muebles sanitarios y la madera oscura. Una casa que demuestra, por un lado, una fuerte integración entre arquitectura, paisajismo y artes plásticas; por otro, el modo en que el empleo del color y del detalle constructivo pueden superar la decoración sobrepuesta.

Textos: María Soledad Franco
Fotos: DC Fotografía

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