Punto de fuga
Una nueva propuesta del arquitecto Guillermo Teisceira de la empresaconstructora Marpin. Una obra insertada en un anfiteatro natural que ofreceuna y mil posibilidades para el disfrute pleno en toda época del año.
Esta casa de playa se asienta en un paraje de fábulas donde, excepto el canto del mar, todo es silencio y el alma se siente agasajada. Sin dejar de subrayar y realzar el entorno natural que la envuelve, esta propuesta se manifiesta a través de conceptos vanguardistas.
Sin pretensiones de ser una oda al racionalismo–purista, su arquitectura expresa la dualidad de la contraposición exterior–interior que determina formalmente el conjunto cuyos límites parecen desvanecerse, y donde sólo la directriz de sus líneas netas recorta sutilmente las figuras de cada uno de sus componentes.
Volúmenes que, a través de su disposición lúdica, resuelven planos acristalados. Muros virtuales que no sólo proveen de iluminación y ventilación natural a las áreas interiores sino también, enmarcan distintas vistas del paisaje, concediendo un ritmo propio a cada una de las fachadas.
La conexión con el entorno natural se da también por medio de expansiones y espacios semicubiertos como, por ejemplo, la terraza hacia la cual se abre el área de juegos situada en el piso superior o, en la planta baja, coronadas por pérgolas de madera, una galería con asador y la zona de estacionamiento vehicular.
Con el sólo propósito del pleno descanso, el goce del sonido del mar y de visuales tan largas como las estadías que esta casa sugiere, se dispusieron en la planta alta tres dormitorios, todos en suite.
Y más: en el frente, un volumen se adelanta como sobrevolando el terreno, otorgando al dormitorio principal el privilegio de las vistas hacia la playa y el mar, cuyo inquieto oleaje recorta el horizonte.
Recorrer esta residencia lleva a un estado de asombro permanente. Cada uno de sus espacios “habitables” es un descubrimiento de indudable relajada sobriedad. Un austero pero lujoso diseño arquitectónico que otorga a sus moradores infinitas oportunidades de vivir en plena armonía y confort con la naturaleza.
Abierta e integrada, la planta baja conjuga ambientes casi sin delimitar territorios. Estancias donde la calma y el reposo hacen una mixtura a medida, emanando un clima muy “décontracté” y de cero ostentación.
Ámbitos que se caracterizan por la claridad y espacialidad imperante y la presencia de muebles de clara identidad contemporánea.
El estar y el comedor, capaces de subrayar su individualidad a partir de una composición bien pensada, se transforman en uno de los centros de gravedad de la vida de la casa. Su espíritu abierto a la naturaleza aúna con gran empatía el alma del verano.
La cocina obedece a la afición culinaria de sus dueños. Un luminoso y funcional recinto en clave moderna donde impera la sencillez, el diseño y la tecnología de punta.
Una residencia de veraneo, un todo equilibrado con discreción geométrica, elegancia contemporánea y pura funcionalidad.
Un escenario habitable y sabrosamente abierto a la naturaleza agreste de Pinamar, donde el morar en él, se transforma en un acto de provocación imposible de resistir.
Texto: Dis. de Interiores Ana Thorschmidt
Fotos: Diego Medina
PROYECTO
Constructora Marpin
Av. Intermedanos y Constitución. Pinamar
Proyecto: Arq Guillermo Teisceira
Tel:(02254) 49-8444/ 40-7517
Te puede interesar
Una casa proyectada para el bienestar
Diseñada por la arquitecta Silvana Paje, esta vivienda priorizó la luz, la funcionalidad y la conexión con el entorno para convertirse en un refugio cómodo, sustentable y pensado para vivirse todo el año.
Casa SR
Organizada a partir de un patio central y tres planos estructurales principales, esta vivienda combina eficiencia espacial, sobriedad material y conexión con el paisaje.
Privacidad, paisaje y eficiencia
En una planta y con forma de L, el estudio PS&SC diseñó una vivienda que combina intimidad, contacto con la naturaleza y criterios de confort térmico.
La casa que se hizo bosque
Casa Moro: Una obra que es una experiencia espacial y sensorial única. Un recorrido que nos sumerge bajo un manto verde para luego elevarnos a la copa de los árboles, redefiniendo la forma de habitar en contacto con la naturaleza.