Hormigón en el laboratorio

El Hormigón elaborado es un material sumamente eficiente y de precio razonable a la hora de construir; ofrece alta resistencia y rapidez de construcción, se utiliza para estructuras de edificaciones, piletas, viviendas livianas, vialidad, canalización de aguas, fabricación de ladrillos, caños, etc. Sus principales beneficios para optimizar las obras son la garantía que ofrece en cuanto a resistencia en estructuras, la reducción en tiempos de construcción y de costos (mano de obra, control de calidad) y la calidad de mezclado de sus componentes. Además, permite el ahorro de espacios en almacenamiento de materiales, minimiza riesgos y molestias en el tránsito. En la comunidad ofrece un respaldo técnico y control de calidad gracias al trabajo en Laboratorio.
Cabe destacar que existen diferentes calidades de hormigón, ya que se puede diseñar según la resistencia que requiera el elemento a construir. En este sentido, siempre va a haber uno para cada necesidad y los tipos más comunes son: Baja resistencia (H8, H13 y H17) cuyo uso se destaca en rellenos, pozos, contrapiso, caminerías, elementos en viviendas livianas, etc.; Alta resistencia (H21, H30, H45 y Gunitado H30) utilizado en estructuras, túneles, canalizaciones, vialidad, etc. También las mezclas especiales como RDC (Relleno) tienen otros usos, así como el Gunitado H21 para, por ejemplo, piletas chicas.

Una vez diseñada la estructura o elemento que requiera hormigón, se considera el valor inmediatamente superior a la resistencia de diseño estándar; esto certifica que el hormigón a colocar esté por encima de los requerimientos, garantizando altos valores de resistencia y calidad.
Para garantizar la elaboración del hormigón se deben realizar ensayos de sus componentes (arena, piedra triturada, cemento, aditivos y agua). Cada elemento debe cumplir una serie de normas y valores donde se contempla y evalúa dureza, desgaste, superficie, tamaño, temperatura, etc.
Una vez analizados los resultados se proceden a hacer ensayos de laboratorio combinando los elementos y variando la dosificación. Esto genera distintos valores de resistencia que definen el diseño del tipo de Hormigón (la resistencia final se determina mediante el ensayo a compresión a las probetas de las muestras diseñadas).
Según el uso o característica del elemento a construir se pueden agregar variedad de aditivos que mejoran la calidad y facilitan su aplicación, como por ejemplo Fluidificantes (que facilitan la colocación del hormigón sin perder resistencia y son especiales para acabados a la vista); Retardador de fraguado (para descargas lentas o largos trayectos de traslado); Acelerador de fraguado (cuando se requiere lograr la resistencia de diseño en poco tiempo, como en el uso en vialidad que necesita habilitar el paso en pocos días); Incorporador de aire (para hormigón celular, rellenos, nivelación de pisos, aislantes, etc.).

El hormigón en el laboratorio
Los componentes del hormigón son diariamente revisados en el laboratorio de Planta para detectar cualquier variación que pueda afectar el diseño final, valores como; módulo de finura, humedad, temperatura, etc., pueden provocar alteraciones en los resultados. A cada hormigón diseñado se le extrae una muestra donde se verifica granulometría (variedad de tamaños de los elementos), temperatura, asentamiento, etc., junto a un conjunto de probetas para su posterior ensayo donde se hace seguimiento a la evolución de la resistencia en el tiempo.
El laboratorio garantiza el diseño del material ofrecido, conservando las características de los componentes, dosificaciones precisas de cada tipo y que pueda ser colocado en el lapso de tiempo ideal sin causar deterioro en la resistencia o acabado.

Fuente: Olmos Hormigonera
Ruta 2. KM 57. Abasto.
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