Viable y sustentable

En el marco de diferentes medidas adoptadas en todo el mundo en busca de la preservación del medio ambiente, la elaboración del compost orgánico se vuelve cada vez más una opción a seguir, por su viabilidad y sustentabilidad, ya que el producto resultante se utiliza para la fertilidad de la tierra, mejorando las propiedades físicas, la actividad biológica, incrementando la capacidad de aireación, la permeabilidad y la retención del agua, entre otras.
El compost es el resultado que deviene del proceso de compostaje, que consiste en la descomposición de materia orgánica. Se obtiene de manera completamente natural, mediante un proceso aeróbico, que implica la presencia de oxígeno, de diversos residuos orgánicos y la reproducción masiva de bacterias que se encuentran presentes en forma natural en cualquier lugar.
Para la producción de un compost orgánico se pueden utilizar hojas, césped, hortalizas, paja, ramas podadas; como así también cenizas, posos de café o de té, infusiones con papel incluido, cáscaras de huevo cocido, frutas, verduras, periódicos no impresos en color, tapones de corcho, papel de cocina, aceite de cocina, entre otros.
En tanto, lo que no se debe verter sobre el compost son carnes, lácteos, huesos y pescados, ya que generan malos olores y atraen animales indeseados; plantas y frutos enfermos o gran cantidad de vegetales podridos; excrementos de animales domésticos y de personas; cenizas y aserrín de maderas tratadas o aglomerados, ya que son tóxicos; como tampoco cualquier material que no sea orgánico y biodegradable.
La pila de compost puede ser realizada en cualquier espacio, al aire libre, jardín o balcón. Lo necesario es un recipiente que contenga la mezcla y le permita el flujo de oxígeno, ya que es determinante para que se efectúe la descomposición.
El proceso de compostaje más rápido resulta cuando hay una relación carbono/nitrógeno de entre 25/1 y 30/1, es decir que haya 25 o 30 veces más carbono que nitrógeno. Por ejemplo, los recortes de césped presentan una relación de 19/1, mientras que las hojas secas 55/1. Proponiendo una mezcla en partes iguales se obtiene una materia prima óptima.

Como primer paso se debe colocar una capa de ramas y piñas, que no debe superar los 30 cm. Luego agregar una mezcla de césped y hojas secas, que brindarán una base con buena relación de carbono/nitrógeno. Paso siguiente, ir agregando los restos orgánicos diarios.
La humedad en la pila orgánica resulta fundamental (entre 40 y 60%). La temperatura debe oscilar entre los 35 y 55°C, lo que eliminará los gérmenes. Se debe tener especial cuidado en que la mezcla no se pudra, controlando la fermentación. Para esto, se debe tomar un puñado de mezcla y apretarlo, si escurre líquido, corre riesgo de pudrirse, para evitarlo se debe agregar material seco y remover la mezcla. En tanto, si se desmorona, se encuentra seco y se debe humedecer.
Si al introducir la mano no se siente el interior caliente, puede estar ocurriendo que no exista la suficiente humedad en la pila y se reduce la cantidad de oxígeno; que se encuentre seca y que las bacterias no logren reproducirse y sobrevivir; o que no exista la suficiente cantidad de proteínas. La solución es agregar una nueva cantidad de material y voltearlo para que se airee.
Al final del proceso, se obtiene un producto maduro, que presenta un olor agradable similar al del suelo del bosque, un color oscuro propio de materia orgánica y no debe reconocerse ninguna materia que se haya aportado a la pila. Eso es el compost.~

Tres pasos para realizar un mini compost hogareño
1- Se debe colocar una capa de ramas y piñas, que no debe superar los 30 cm.
2- Agregar una mezcla de césped y hojas secas, que brindarán una base con buena relación de carbono/nitrógeno.
3- Ir agregando los restos orgánicos diarios.
Texto y fotos: Leandro Arévalo