Priorizando sensaciones

A 10 minutos del centro de Girona, en la Comunidad Autónoma de Cataluña, en medio de un inmenso bosque mediterráneo de 300 hectáreas, se ubica el complejo PGA Golf Catalunya. Además de dos campos de golf de 18 hoyos, el complejo ofrece diferentes tipos de viviendas, entre ellas las villas La Vinya y La Selva, dos espacios situados en diferentes sectores del Campo de Golf.
Allí comienza a intervenir el estudio BeOnLand, tomando como eje el pensamiento que combina el respeto por el paisaje y la sensibilidad que exige el paisajismo. Así, la autora Vânia Lopes con la co-autoría de Judith Brücker, intentaron buscar la esencia del paisaje del campo de golf para la intervención en dos jardines privados, entendiendo e interpretando el entorno para conseguir una fusión ideal entre lo construido y lo natural.
De esta manera, lo que se logró en el diseño paisajístico de ambas casas, una en La Vinya y otra en La Selva, fue mantener y potenciar los valores naturales y paisajísticos existentes en su entorno. “Rodeado de un bosque y sotobosque Mediterráneo, el entorno y el jardín se fusionan creando un ‘continuum’ natural y una armonía en su conjunto“, aseguran las autoras del proyecto.

El tratamiento paisajístico de Casa La Vinya y Casa La Selva tuvo como objetivo principal lograr un lugar que invite a estar y a vivir, respetando a la vez el carácter del lugar. Por eso se buscó que los espacios recreados lograran transmitir sensaciones que envuelvan estas casas: la experiencia de poder tocar y jugar con los materiales inertes, junto con la fragancia de las plantas aromáticas.
Así, se intentó valorar el potencial de la relación con el Golf, aprovechando las increíbles vistas desde diversos puntos de cada una de las casas. El trazado viario realizado, que divide sectores de parcelas, es la base de ordenación de la plantación, valorando su localización, tanto en zonas más íntimas como las más expuestas.
La dinámica entre el exterior y el interior se materializa en el diseño de paisaje a través de la circulación alrededor de la casa. Así, el conjunto se vuelve más fluido y la sensación que se logra es que todo el jardín es una extensión del paisaje que lo rodea.
Además de todo lo mencionado, los jardines de Casa La Vinya y el de Casa La Selva consiguen utilizar apenas un 20% de riego automático dentro del área ajardinada, lo cual se asume como una medida fundamental a la hora de mitigar el abuso del agua, que escasea durante el verano en la región mediterránea.
La importancia en mantener una base sostenible se revela en la introducción de una gramínea en el jardín, capaz de resistir largo tiempo sin riego, haciendo posible la transformación del exterior en un manto verde. Así, las especies vegetales mediterráneas fueron seleccionadas teniendo en cuenta sus propias características vegetales, ambientales y formales, para garantizar su buen desarrollo y su integración paisajística. A su vez, se mantuvieron el máximo de árboles existentes, añadiendo el mismo número de árboles que han sido eliminados.

Sin embargo, cada una de estas intervenciones cuenta con sus particularidades en función de la relación entre la casa y el jardín.
Respecto a Casa La Vinya, se trata de una superficie ajardinada de 1200 m², donde el tratamiento paisajístico pretendió mantener y potenciar los valores naturales del entorno estimando el potencial de la relación con el Golf, y definiendo el límite de la parcela con especies vegetales. Está rodeado al Noroeste por el vial, al Este por otra parcela y al sur por el campo de Golf.
Las plantas se ordenaron tomando como referencia el trazado viario; las especies elegidas fueron seleccionadas según sus características vegetales, ambientales y formales, garantizando su buen desarrollo y su integración paisajística. De esta manera, en los espacios de diferentes usos, así como en accesos y zonas de paso, se concentraron las plantas aromáticas, difuminándose con las texturas y los colores de la vegetación preexistente, de manera que la fragancia pueda sentirse en todo el jardín.
Precisamente, para marcar los recorridos por el jardín, se emplearon traviesas, que al mismo tiempo crean una zona de juegos para niños. Se producen pequeñas terrazas que van salvando el desnivel y crean áreas con diferentes materiales, permitiendo a los niños y mayores sentir sus texturas y proporcionando una relación directa con la naturaleza; saber qué nos trasmite cada material cuando lo tocamos, bien con las manos o bien con los pies- como la arena, las piñas y la gravilla, entre otros-. La Vinya es un jardín de sensaciones logrado a través de la reutilización de los materiales, de las texturas, los aromas, y los colores.
Casa La Selva cuenta con una superficie ajardinada menor, de 560 m², pero el objetivo principal de la intervención coincide con La Vinya. El jardín está rodeado al Este por el vial, al Oeste por el campo de Golf y al Norte y al Sur por otros solares.
La casa cuenta con un patio inglés, que pretende tener un carácter de sotobosque, donde se utilizaron plantas de zonas sombrías como el helecho. El tono cromático de estas plantas contrasta con la pared blanca y con la cálida luz artificial, adecuada para integrarse con la zona de la habitación.
Una mención aparte merece el espacio de intervención junto a la cocina, donde se creó una jardinera para plantas de culinaria que, a su vez y junto con trepadoras aromáticas, emiten una fragancia en el pequeño porche.•

Fuente: Vânia Lopes. BeOnLand
Fotos: Enric Duch ©

[ INFORMACIÓN ]
Ubicación: PGA Golf de Catalunya, Girona
Fecha de proyecto: 2010
Fecha de construcción: 2011
Superficie:
La Vinya: 1200 m² - La Selva: 560 m²

[ PROYECTO ]
BeOnLand Landscape Architecture
Vânia Lopes ( www.beonland.com )
Judith Brücker ( www.judithbruecker.de )
Arquitectura: Lagula Arquitectes
y DeBlacam & Meagher Architect