Un concesionario que rompe el molde
Desde Berazategui, KIARA impulsa un nuevo paradigma en arquitectura comercial automotriz: una propuesta disruptiva que desafía los estándares y redefine la experiencia del usuario desde el diseño.
En 2017, la empresa KIARA se adjudicó la licitación para desarrollar un nuevo concesionario de la red General Motors (GM) en el partido de Berazategui, provincia de Buenos Aires. El proyecto original respondía a un modelo convencional: un edificio en planta baja, de aproximadamente 1.500 m², bajo las estrictas normas de diseño establecidas por la automotriz.
Sin embargo, la ubicación estratégica propuesta para la obra—en la intersección de las rutas provinciales N°2 y N°36, en la localidad de El Pato—impulsó una reformulación radical del programa. Este cruce vial no sólo garantiza una gran visibilidad, sino también una alta circulación diaria de vehículos particulares y transporte pesado, articulando los corredores entre CABA, AMBA, La Plata, la costa bonaerense y las zonas frutihortícolas e industriales del Gran La Plata.
Ante esta oportunidad, el equipo de proyecto entendió que el edificio debía trascender el modelo estándar. No podía ser “un concesionario más”, sino un punto de atracción capaz de captar el interés visual de los conductores que transitan ambas rutas. La propuesta fue clara: elevar el edificio, generar una impronta distintiva y aprovechar la terraza como vidriera activa, visible desde la Ruta 2, que pasa elevada en ese punto del trazado.
Así, el programa se verticalizó en cuatro niveles. En planta baja se ubicaron el salón de ventas, atención al cliente y taller. El primer piso alberga oficinas, salas de reunión, atención personalizada y una sala de exposición con miras a incorporar un área tecnológica. Un elemento icónico de esta propuesta es la “visera”: una vidriera elevada orientada hacia la Ruta 36, donde se exhiben vehículos en altura.
Los niveles superiores (segundo piso y terraza) se destinaron al almacenamiento de vehículos, logística y servicios. Esto permite a los clientes visualizar su auto en stock sin salir del edificio, simplemente accediendo por ascensor o rampas internas. La circulación vehicular interna se resolvió con rampas apiladas, descartando la incorporación de elevadores automotrices. Esta decisión buscó optimizar el mantenimiento a largo plazo y, al mismo tiempo, ofrecer una experiencia más inmersiva: el visitante puede observar el movimiento interno de vehículos desde distintos sectores del edificio.
La propuesta arquitectónica también desafió los estándares estéticos de la marca. La envolvente metálica exterior —ubicada por delante del cerramiento vidriado— no sólo le confiere identidad al edificio, sino que cumple funciones térmicas pasivas, ideales para una zona de exposición a campo abierto. El planteo fue recibido con entusiasmo por GM Argentina, aunque la aprobación final dependía de su par regional, GM Brasil. Tras varias presentaciones, se obtuvo el visto bueno para avanzar con un proyecto sin precedentes en la red.
Con una arquitectura que responde al contexto, potencia la imagen corporativa y transforma la experiencia de compra, el concesionario de El Pato se erige como una referencia para el diseño de espacios comerciales automotrices del futuro.•
Fotos: Arq. Heber Guruciaga | @heberguru
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