Fusión con la naturaleza
Una propuesta de impecable dise ño que se manifiesta a traves de unaarquitectura serena y de luminosa nitidez.
Al momento de proyectar esta soberbia residencia, el arquitecto Marcelo Bilbao quiso capitalizar todas las vistas, magníficas postales que el paraje ofrece. Un predio ubicado en el barrio Don Carlos, en Gorina, partido de La Plata, donde la presencia de la naturaleza se da a través de un pequeño bosque en las cercanías y un extenso parque que rodea la propiedad. Como un elemento natural más del lugar, esta casa domina, desde su implantación, una suerte de mimetismo que va desde lo morfológico a lo cromático, donde la fortaleza formal de su arquitectura, soberbiamente calada, permite leer su funcionamiento interior, tiñendo de inquietudes e invitando a descubrirla.
La necesidad de captar la luz natural y el paisaje dio lugar a la concepción de un juego dinámico de volúmenes con aberturas de gran escala. Planos acristalados que tamizan la luz del sol, posibilitando vistas en todas las direcciones y que, desde afuera, reflejan la belleza del exterior, haciendo que esta vivienda se fusione con el mismo.
Las circulaciones, tanto horizontales como las del flujo vertical, más allá de vincular espacios, están pensadas como luminosos paseos interiores con fugas visuales.
En su recorrido, desde el interior hacia el exterior como dentro de la vivienda, se crea un paisaje no sólo hacia el entorno natural sino también entre estancias. Fluidos trayectos, donde siempre rematan agradables vistas en una doble altura con mirada al extenso parque.
La escalera, que organiza los dos niveles, se transforma en un lugar protagónico. De ahí su ubicación estratégica y su estudiado tratamiento espacial, con un énfasis puesto en las entradas de luz y en las vistas que van generándose en su recorrido.
De esta manera, se crea un nuevo horizonte habitable donde la naturaleza, con sus cambios de estación, colores y formas, modifica los espacios. Este contacto permanente con el medio enriquece el diario vivir, en un lugar donde el tiempo transcurre de forma diferente.
Intentando despojar a la obra de todo ornato innecesario que oculte su pura esencia y destacando lo sustancial de la forma y los materiales en su plenitud, se optó por trabajar esta vivienda en dos niveles con un esquema de planta rectangular.
En la planta baja se dispusieron todos los espacios públicos: estar-comedor, cocina, escritorio, área de servicios y una amplísima cochera.
El nivel superior se estructura a partir de un luminoso estar íntimo desde el cual convergen los dormitorios de los niños y la completísima suite matrimonial.
El juego de geometrías, transparencias y reflejos realza su arquitectura interior, donde se intenta disuadir la idea de caja y provocar una sensación de mayor espacialidad con luz natural a raudales.
De este modo, los espacios interiores se presentan articulados por medio de una doble altura que define sus características funcionales de manera clara y sencilla.
La cocina, el ágora de la familia, plena de modernidad y funcionalidad, se vincula con el comedor principal por medio de un puente de vidrio transparente que cruza un espejo de agua ubicado bajo la escalera.
El sector que reúne amenas y nutridas reuniones cotidianas se conformó con una mesa cuadrada de cristal, con finas patas de acero cromado, rodeadas por cuatro sillas con clara reminiscencia a las diseñadas por Robin y Lucienne Day, diseñadores británicos de los años cincuenta.
El estar-comedor, conformado dentro de un diáfano recinto de doble altura, se abre al parque por medio de paños acristalados de igual escala. Un concurrido ámbito que se transforma una y otra vez en un espacio de encuentro, de vinculación con la naturaleza o, simplemente, de puro relax, desplegando su encanto por medio de su mobiliario muy actual, salpicado con exquisitas piezas como la silla Barcelona, del famoso arquitecto vanguardista Ludwig Mies van der Rohe.
Un halo de serenidad formal y estética recorre los dormitorios. Ambientes diáfanos, íntimos y acogedores, donde se supo mirar con ojo atento la riqueza de los tonos del paisaje circundante, para crear una paleta armónica en su ambientación.
La suite principal sigue el estilo de los ambientes sociales, integrando varios rincones y funciones. Además de un amplio vestidor, cuenta con un sector vidriado para el yacuzzi que participa con vistas al exterior y al interior.
En esta residencia todo es goce para los sentidos. Su diversidad pide una recorrida y otra…y otra más. Un proyecto ultra moderno, donde el bienestar y la tranquilidad se conjugan con un bonus: lo distinto.~
Texto: Dis. de Interiores Ana Thorschmidt
Fotos: Leandro Arévalo
PROYECTO
Arq. Marcelo Bilbao
arquitectura@estudio-bilbao.com.ar
Te puede interesar
54 m2 de confort
Intervención realizada por Natural Studio en un departamento de dos ambientes.
Casa entre árboles
Una obra de la Arq. Bárbara Berson que fluye entre árboles centenarios, entrelazando el paisaje y la vida cotidiana.
Arquitectura brutalista
Materiales al desnudo y espacios con amplias dimensiones definen a esta casa diseñada por Olivares ArqDesign, que también hace foco en el confort y en la sustentablilidad.
Una casa para una nueva etapa
El proyecto de la arq. Camila Gil Soria marca una nueva etapa para una pareja cuyos hijos han dejado el hogar, con un diseño que equilibra funcionalidad y estética.