Entre el azul y la ilusión

Si hiciéramos una encuesta poniendo en práctica el método de Asociación Libre de Sigmund Freud -a través del cual el paciente expresa en sus sesiones todo lo que se le ocurre: imágenes, emociones, etc, sin restricción- para pensar Grecia, la mayoría de los consultados dirían palabras como: mar azul, edificaciones blancas, sensualidad, Mitología Griega, Atenas, La Acrópolis, Historia. Es que es un país envuelto en riquezas turísticas, históricas y culturales; es un país al que todos hemos recurrido alguna vez para estudiarlo al menos, por ser cuna de la filosofía, del arte y de la política occidental.
Mykonos (también conocida como Chora) es una isla de Grecia que pertenece al archipiélago de las islas Cícladas, y está rodeada del mar Egeo. Mejor imposible. Si nos imaginamos en un lugar para distendernos –aunque ilusorio- qué mejor que una isla, ¿no?

Antigua y sorprendentemente bella, Mykonos, mantiene intacta su esencia, sus rocas, sus colores blancos y azules, sus jardines de cipreses y buganvillas, pero aun así –como todo centro turístico- ha sabido cuándo remodelar y aggiornar sus hoteles.
Este es el caso del Belvedere Hotel -un proyecto del Rockwell Group-ubicado en la ladera de una montaña y con un diseño minimalista que genera sensaciones descontracturadas e ideales para disfrutar de un viaje de estas características. Con mucho blanco, madera calada, luces tenues y una imperdible vista al mar Egeo, el Belvedere Hotel se posiciona indudablemente como uno de los mejores sitios para ilusionarnos con un mundo ajeno a la rutina.
Este espacio cuenta con 39 habitaciones y 6 suites repartidas a lo largo de 6 edificios, además de bares y un restaurante al aire libre, todo rodeado de piscinas con reposeras ideales para descansar o, por qué no, para conocer a alguien. Porque peleando con el imaginario de que este tipo de lugares son sólo para que los enamorados se enamoren más, también se proyecta para los viajeros solitarios. En especial Belvedere se ofrece como escenario perfecto para conectar, atraer e intuir las empatías de los demás que llegaron buscando lo mismo que uno.

En materia de diseño, el Belvedere plantea una nueva generación de habitaciones inspirado en el mar Egeo: cada uno de los ocho tipos diferentes de habitaciones cuenta con acentos de color turquesa, muebles de color nogal con espacio de almacenamiento sofisticado y mosaicos de mármol.
En esta remodelación, las 7 estructuras contemporáneas adicionales que se han añadido recientemente, imitan las casas de Mykonos y se congregan alrededor de una piscina asimétrica, pieza central del hotel. Una de las innovaciones más importantes fue el bar, convertido en un espacio de tres niveles que se derrama en el área de la piscina rediseñada en su nivel más bajo; además de brillantes luces colgantes y materiales naturales inspirados en el mar, que realzan la belleza del restaurante.
Belvedere es un término arquitectónico tomado del italiano que significa bella vista. No podíamos dejar de mencionarlo, ya que se impone como un detalle muy bien logrado.
Historia, paisajes y colores. Mykonos nos espera siendo isla y confidente de lo que allí sucede. Lejos de la rutina, Grecia nos la presenta como una perla que brilla en medio del mar.•

Fotos: Vagelis Paterakis/ Ed Reeve. cedidas por rockwell
Texto: Antonela Schiantarelli
Fuente: www.belvederehotel.com